Thursday 18 July 2013

Lo que escuchamos cuando éramos niños

Muchos de nosotros llevamos los mensajes negativos de la infancia a la edad adulta. Es lo que Ann Kearney-Cooke, PhD, un psicólogo de Cincinnati, llama el factor de la mano-me-down: cuando la mala actitud de una madre hacia su cuerpo influye fuertemente en la manera en que una hija se siente acerca de sus propias miradas.

Melissa Brown Levine, de 41 años, conoce bien el efecto. Su madre a menudo criticado su propio cuerpo al alcance del oído de Melissa. "Fue muy confuso para mí, porque yo siempre pensé que mi madre era tan hermosa", dice Melissa, quien vive en Hampton, Georgia. "¿Cómo puede alguien que se parecía a ella se sienta mal por su cuerpo?" Cuando Melissa miró en el espejo cuando era un adolescente, no vio a la chica de peso normal que era. Vio a una chica gorda.

No fue hasta que Melissa tenía un hijo propio que finalmente fue capaz de dejar de lado los mensajes corporales negativas. "Sentí una nueva sensación de poder sobre mi cuerpo después de dar a luz", dice ella. "Ese fue el punto de inflexión, cuando empecé a aceptar lo que soy."

Las niñas se les enseña desde una edad temprana que su aspecto es de suma importancia en nuestra cultura y que deben tratar de buscar una cierta manera, dice el Dr. Kearney-Cooke. Pero esos mismos mensajes no se les da a los niños. No es de extrañar los hombres no golpean a sí mismos acerca de las manijas del amor: sólo 13% de los chicos no están satisfechos con el tamaño de su cuerpo, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de la investigación.

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